
17 Ago VUELTA AL COLE
Hola otra vez! Aprovechando la sesión que le hice a las chicas con nuestras nuevas mochilas de Trixie Baby, os hablaré de nuestra experiencia con la guarde y el cole. Sabéis que tengo debilidad por el estampado “squares”, así que repetimos!
Para empezar quiero decir que nunca me atrevería a decirle a nadie lo que debe o no debe hacer, cada casa, caso y niño son diferentes. Puedes tener 3 hijos muy tranquilos y hacer de todo, o tener solo uno que te exprime todo el tiempo y no poder ir a ningún sitio. He visto a madres que han criado a muchos hijos, perder la paciencia por cuidar a uno que no era el suyo dos horitas. Hablo desde mi punto de vista como madre de Abril (5) y de Martina (2). Y claramente ni siquiera soy experta en eso. Aquí vamos sobre la marcha. Prueba-error, intentando hacerlo lo mejor que sabemos y podemos.
Tampoco entraré en el tema bajas de maternidad, su duración, etc. porqué creo que en ese punto estamos todas de acuerdo en que son ridículamente cortas. Me habría gustado al menos estar un añito con mis niñas, pero en nuestro caso no era una opción. Y la excedencia tampoco. Con Abril mis bisabuelos nos pudieron ayudar y empezó a la guardería con un año, pero con Martina ya no fue posible y a los 5,5 meses empezaba.
Dejadme que sea un poco plasta con lo de “madre primeriza” pero es que…sí, la cosa cambia mucho. Con Abril me asaltaron tooooodas las dudas y sentimientos de culpabilidad posibles. Sentía que la abandonaba en una “mini-cárcel” donde se deja a los niños a su bola mientras no se maten entre ellos. Nada más lejos de la realidad. Elegimos una guardería pública, sin hacer ningún estudio de mercado, la que estaba cerca de casa.
Yo estaba en plan: “O sea, voy a dejar a mi niña 7 horas allí???” “Corre mami súper woman, sal corriendo del trabajo puntual a rescatarla!” o tipo: “Bueno, al menos de las 7 horas, 2 se las pasa durmiendo!” Sentía que no estaba en mi lugar, que tenía que estar haciendo de madre. Además que el primer día de adaptación un niño que le sacaba un palmo quisiera morderla pues…drama (un poco). Cada vez que oía a un bebé llorar en la oficina las hormonas se me revolucionaban.
La guardería pero, nos ha sorprendido positivamente. Ver la cantidad de actividades que llegan a hacer, como les estimulan, enseñan, motivan… Abril, que como os decía era tan mala para comer, mejoró muchísimo. En casa hay que reconocer que nos dejamos tomar un poco el pelo, pero allí son uno más, deben aprender a compartir, esperar su turno, hábitos de sueño, de comida… ¿Lo recomiendo? Totalmente. Ni que sea un añito, unas horas. Los prepara muy bien para el cole de mayores.
Y me diréis, y con Martina a los 5,5 meses? Pues la cosa fue totalmente diferente. Está claro que mi corazoncito latía fuerte por dejar a mi bebita, pero mi tranquilidad y confianza era tal, que lo llevé mucho mejor que con Abril. Además, Martina es la jefa! Con 5,5 meses ya se sostenía en pie y andaba cogida, a los 10 meses ya caminó y fue la delegada de la clase desde el día número uno. Ella se ponía en la barrera de su clase saludando a todo el que pasaba por el pasillo. Todo el mundo la conoce! Mi chica grande se tiró un mes en su tumbona, le costó mucho soltarse, pero puedo decir que no hubo nada más.
El cole de mayores ya es otro mundo. Ahora ya nadie os dirá si vuestro niño/a ha hecho “popo”, si se ha tomado todas las lentejas o el rato que ha dormido. Es un gran cambio para ellos. A Abril aún coincidiendo con varios compañeros de la guarde y su mejor amiga , le volvió a costar bastante la adaptación. Nos decía que no quería ir, y le duró como 2 o 3 meses. Pero otra vez os digo, no es el fin del mundo, todo pasa. Ahora ya es la reina del mambo.
Creo que a veces somos nosotras mismas que nos ponemos barreras, y que somos también muy dependientes de nuestros hijos. “Aiii nooo voy a destetar! “ Ai noooo dejaremos el colecho” “ Aiiii noooo pongo la cuna en su habitación!” “Pooooobrecita!”. Pobrecita yo! Que perdí 3 años de sueño y 2.356.879 neuronas por el camino. Pasas dos días malos, y después piensas: “Por qué no lo hice antes”??
Y estas neuronas os harán mucha falta con la llegada de vuestro segundo o vuestro tercero. Porqué cole y guardería, horarios, almuerzos, ropa de deporte, batas, agenda, actividades extraescolares… superan a cualquiera. Yo soy bastante mala en este tema, lo reconozco.
Entre mis grandes olvidos, se encuentra la escena: “Mami cargada con millones de mochilas, bolsas y manualidades sube a bebé y a niña al coche, ata a las dos sillitas y cuando arranca el coche su hija mayor le dice:- “Mami el cochecito!!!”- Me lo había dejado en la acera.” Lo de ir corriendo detrás de Martina porque se escapa ya es el pan de cada día. Sí, si veis a una loca cargada de mochilas gritando “Martinaaaaaaa!!!!”, esa soy yo.
Mi propósito de curso nuevo es el de usar planificador y agenda. Digamos finamente que soy una persona…flexible, que improvisa sobre la marcha. Vamos, que me cuesta ser tan cuadriculada. Pero hablando seriamente, o te organizas, o no llegas. No pretendo la perfección, pero si todo el mundo se lleva su almuerzo y el chándal el día que toca…mucho mejor, verdad?
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